Red Eléctrica duplica su cúpula en plena caída de beneficios para enchufar a los amigos de Corredor
Red Eléctrica, donde el Estado es el mayor accionista con un 20% del capital a través de la SEPI, ha ampliado su número de directivos hasta prácticamente duplicarlos para dar cabida a varios enchufados de su presidenta, la socialista Beatriz Corredor, sin destituir a los procedentes de la etapa del también socialista Jordi Sevilla, y en su mayor parte afines al anterior consejero delegado, Juan Lasala.
Así lo aseguran fuentes conocedoras de la situación, que añaden que en la empresa gestora de la red de electricidad pública no hay orden ni concierto. Según explican, Corredor no toma decisiones ni tiene ninguna influencia sobre la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ni sobre Pedro Sánchez.
Los amigos que ha colocado la exministra de Zapatero en cargos creados ad hoc son Miryam Aguilar, nombrada «directora corporativa de relaciones institucionales, comunicación y territorio»; dependiendo de ella, la directora de comunicación externa y marca, Eva Santiago; y una persona más que se incorporará próximamente en otra nueva dirección con el sorprendente nombre de «relaciones internacionales y parlamentarias». Asimismo, mantiene a la jefa de gabinete de Sevilla, Fátima Rojas, con el cargo de «directora corporativa de sostenibilidad y estudios».
Dependiendo del consejero delegado que nombró Sevilla, Roberto García Merino, se han creado dos nuevas direcciones generales (pasan de dos a cuatro): dirección general de telecomunicaciones -donde se incluye el negocio de Hispasat-, ocupada por Mariano Aparicio, y dirección general de negocio internacional, cargo para el que ha sido nombrada Eva Pagán (anteriormente directora general de transportes). Es decir, habrá una dirección general y otra dirección para asuntos internacionales pese a que el negocio de Red Eléctrica fuera de España es muy pequeño.
Tanto Pagán como Aparicio son de la camarilla del anterior CEO, el citado Lasala, hoy presidente de Capital Energy. Completan este grupo, que conserva o incluso amplía su poder, Ángel Luis Mahou, que pasa de la dirección corporativa de internacional y telecomunicaciones a la dirección general de transportes; Carlos Puente, nuevo director de desarrollo corporativo; y Emilio Cerezo, nuevo responsable de la dirección corporativa económica financiera en sustitución de Teresa Quirós, que se ha jubilado.
También sube de categoría Laura de Rivera, cuya dirección de asuntos jurídicos pasa a incluir también regulación (un área crítica en Red Eléctrica), que antes dependía de Fátima Rojas.
16 directivos con un negocio en declive
En total, la nueva cúpula pasa a tener 16 miembros, incluyendo la nueva dirección aún no creada: la presidenta, el consejero delegado, cuatro directores generales, cuatro direcciones corporativas, cinco direcciones y una secretaría general.
Esta macrocefalia en la empresa número 18 por capitalización del Ibex 35 (8.200 millones) contrasta con la mala evolución de sus cuentas. En 2020, su beneficio cayó un 13% hasta 621,2 millones y con caída de ingresos. Este descenso no se debe al covid (Red Eléctrica es muy poco cíclica), sino a las provisiones por el deterioro de su inversión en Hispasat y a la menor retribución del negocio regulado por decisión del propio Gobierno. Algo que demuestra el escaso ascendente de Corredor sobre el Ejecutivo. Con esta caída del resultado, la compañía ha anunciado una reducción del dividendo del 20% a partir de 2022.
Algunas de las fuentes consideran que todas estas colocaciones en altos cargos se explican para que, cuando llegue el ajuste de costes que la plantilla de Red Eléctrica considera inevitable, se puedan ir con jugosas indemnizaciones.
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